Al menos 130 mil viviendas resultaron totalmente dañadas y cerca de 85 mil 800 parcialmente, de acuerdo con el Ministerio del Interior de Nepal, a través del Centro Nacional de Coordinación de Emergencia.

El seísmo ocasionó cerca de 2,8 millones de desplazados en un país con una población de 28 millones de habitantes, según datos de organismos de Naciones Unidas, que estiman que son necesarios durante los próximos tres meses unos 415 millones de dólares en ayuda de urgencia, de los que ya se recibieron más de 22 millones.

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Cientos de miles de personas abandonan el valle de Katmandú por la destrucción y el miedo a epidemias, pero organizaciones humanitarias como Cruz Roja y Médicos Sin Fronteras advierten de que la situación es peor en las zonas rurales.

Alrededor de 400 mil personas han abandonado Katmandú, donde miles de ellas continúan viviendo en las calles y los hospitales siguen saturados, aunque los comercios abren poco a poco y la electricidad se empieza a recuperar cinco días después del terremoto.

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Pero mientras miles de personas intentan salir de la capital, otras tantas luchan por llegar a Katmandú en busca de alimentos y atención médica desde áreas remotas afectadas por el seísmo que han estado incomunicadas por carretera.

Fuente: EFE