Un asteroide de 20 metros, que fue descubierto el 31 de agosto pasado, se acercará a la Tierra a unos 40.000 kilómetros y pasará de largo.

Según la NASA, en el momento de máxima aproximación a la Tierra, a las 18:18 UTC, el 2014, el cuerpo celeste se situará a una décima parte de la distancia existente desde el centro de la Tierra a la Luna pasando aproximadamente por encima de Nueva Zelanda.

Si bien no parece plantear una amenaza a la Tierra o los satélites, su acercamiento crea una oportunidad única para que los investigadores puedan observar y aprender más acerca de los asteroides.

Por ello, aunque no se haya identificado ninguna posibilidad de que se produzca un acercamiento peligroso, los astrofísicos de la agencia espacial seguirán de cerca los movimientos de este cuerpo celeste.