Sin embargo, es inevitable no seguirle el rastro debido a su colosal tamaño. Lo harán los astrónomos desde diferentes observatorios del mundo e incluso podrán seguir su paso los aficionados que dispongan de un telescopio adecuado.

Descubierto en 1998 por los astrónomos que trabajan en el programa Lincoln de investigación de asteroides cercanos a la Tierra del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Nuevo México, el asteroide tiene cerca de 2,7 kilómetros de diámetro.

Como consecuencia, este asteroide es lo suficientemente grande como para revelar detalles muy pequeños a través de técnicas de radar. En su máximo acercamiento el viernes, 1998 QE2 brillará con una magnitud 11, cien veces más débil que la estrella más tenue visible a simple vista, lejos de las luces de la ciudad.

Sin embargo, el asteroide será una presa fácil para los observatorios Slooh en las Canarias. Aunque no se acercará a más de 14 distancias lunares, estará aproximadamente diez veces más cerca de lo que Marte pueda conseguir en su órbita.

Este asteroide se desplaza por el cielo a una velocidad relativa de 10,58 kilómetros por segundo, aproximadamente 15 veces más rápido que una bala de rifle. Si fuera a chocar con la Tierra, el daño sería catastrófico, posiblemente causaría una extinción global.

Fuente: ABC de España