Nunca obtendrás un NO como respuesta, se acabaron los súbitos dolores de cabeza y la incertidumbre si quedó o no satisfecha. La industria de las muñecas sexuales aumenta con intensidad y el fotógrafo Robert Benson así lo confirmó.

Este fotógrafo californiano descubrió este tipo de muñecas sexuales en Japón, pero mayor fue su sorpresa cuando descubrió la fábrica de la marca en San Diego, muy cerca de su residencia… entonces halló lo que considera una industria llena de artistas.

Mujeres al gusto del cliente, con las medidas que uno exija, con las características más inusuales es lo que se suele pedir y estos artistas deben adecuarse a lo que exige el mercado y por ello cada vez sus diseños son más realistas, cuidando cada detalle que no eche a perder una noche de sexo, una mañana de satisfacciones, una velada de ensueño.

Los precios de cada muñeca van de los 5,000 a los 7,000 dólares. Hay muñecos femeninos, masculinos y transgénero; de todas las razas y con varios rostros para escoger.

Cabe indicar que para estos artistas no hay erotismo, fantasía o exigencia que no puedan cumplir. El cielo —o el infierno, escoja usted— es el límite.