A pesar del gran esfuerzo de miles de voluntarios que distribuyeron panfletos y los miles de dólares invertidos en anuncios de radio para alertar sobre la llegada del fin del mundo, la Humanidad tal como se la conoce esquivó una vez más el Día del Juicio Final y siguió funcionando, con sus virtudes y defectos.

La versión-profecía que anunció el Fin del Mundo para el sábado 21 de mayo del 2011 había partido de un grupo cristiano fundamentalista de Estados Unidos, en base a una traducción numerológica de la Biblia.

El grupo, nucleado alrededor de la organización Family Radio, venía asegurando que el Fin del Mundo comenzaría a las 18 locales del sábado en Nueva Zelanda, y luego se esparciría por todo el planeta siguiendo los husos horarios.

Pero los neocelandeses “sobrevivieron” a la profecía y, ya en domingo, estaban todos vivitos y coleando. Después de pasar un sábado sin mayores contratiempos como el terremoto previsto por Family Radio, la organización atea New Zealand Skeptic Society (NZSS) volvió a mofarse de los fundamentalistas.

En efecto, esta no fue la primera vez en que el líder de Family Radio, el predicador Harold Camping, anunció el Fin del Mundo. En 1992, este ex ingeniero devenido religioso fanático escribió un libro en el que predijo el Apocalipsis para 1994, algo que evidentemente no sucedió.