La FIFA admitió que este evento deportivo producirá cerca de 2,72 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono, sin tener en cuenta las obras en estadios e infraestructura, ni los millones de televisores que serán encendidos para seguir día a día cada uno de los partidos.

Una de las mayores fuentes de emisión, contempladas por el estudio realizado por el máximo ente del fútbol, es el transporte internacional, que equivale a casi 84% del total de emisiones. En tanto, en los estadios, la electricidad, comida, residuos y construcciones temporarias suman casi 10 por ciento.

No obstante, si se excluyera el factor del transporte, de todas maneras la contaminación en este mundial de Brasil sería cerca de 13 veces mayor que el de Alemania 2006.

En la última Copa del Mundo en Sudáfrica, se previeron registros similares a los de Brasil, pero el resultado fue bastante menor: 1,65 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono, según las Naciones Unidas.

De acuerdo a un estudio de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, el dióxido de carbono que producirá la Copa de Brasil equivaldrá al emitido por 534 mil autos.

Paliativos anunciados por la FIFA

El máximo organismo del fútbol anunció diferentes proyectos para reducir la contaminación. Las ideas van desde la plantación de árboles hasta la compra de bonos de carbono que pueden ser obtenidos por países, e incluso empresas, mediante la inversión en proyectos verdes.

Fuente: La Vanguardia