Una mujer obtuvo 9,6 millones de dólares de indemnización por una operación de belleza que en lugar de mejorar su aspecto físico le provocó un tic constante, lo que le impidió seguir trabajando.

Según DPA, la víctima de la operación de belleza fallida es una empresaria que acusó al cirujano de sentirse dios. La sentencia corresponde al tribunal supremo en Londres.

La corte consideró que la empresaria Penny Johnson, de 49 años, se convirtió en “una persona distinta” tras la operación, un lifting facial que tuvo “consecuencias físicas y psicológicas” en la paciente.

Según la demandante, el cirujano había “jugado a ser dios” y realizó una “operación experimental” en su rostro en 2003, lo que le causó un tic constante en torno a sus ojos. Ella había exigido 54 millones de libras de indemnización al no poder trabajar con normalidad.