Los últimos seis años en la vida de Mireya fueron un ir y venir por juzgados familiares mexicanos enfrascada con Leopoldo en un proceso de divorcio y en una pelea legal por la custodia de sus tres hijos: un niño de 10 años y unas gemelas de 6 años.

En ese proceso judicial hubo acusaciones mutuas, desde alienación parental en favor de la madre hasta un supuesto abuso sexual por parte del padre… Todo empezó en setiembre de 2011 con la demanda de divorcio y concluyó el miércoles en una casa de San Jerónimo con la muerte de los menores.

Mireya y sus padres, Enrique y Rosa María, decidieron poner fin a sus vidas y la de los tres niños luego que la Corte otorgara la custodia al padre. Ellos ingirieron un coctel de medicamentos. Todos murieron envenenados.

Jesús Mora Larrizabal, uno de los abogados que tuvo la madre afirmó en entrevista radiofónica que la decisión de Mireya estuvo motivada por el acoso de su exesposo.

Los cuerpos de Mireya y su padre fueron velados al sur de la Ciudad. En otro punto, Leopoldo y su familia, velaron a los tres niños.

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