El jueves pasado, un motín en el penal de , ubicada en Nueva León, ; permitió la fuga de varios presos y dejó 49 muertos y 12 heridos. Las investigaciones revelaron que todo partió del enfrentamiento entre dos bandos de presidiarios, encabezados por un par de líderes del cártel de Los Zetas que se disputaban el control del centro de reclusión.

La directora del penal de Topo Chico, Georgina Salazar Robles, y el comisario de administración penitenciaria, Jesús Fernando Domínguez, fueron arrestados y son investigados por presuntamente proteger a los reos que controlaban la cárcel y por “tráfico de droga, cobro de piso y conceder privilegios”.

Mientras la mayoría de los reos vivían hacinados durmiendo hasta en el suelo, el líder de una de las facciones enfrentadas, Iván Hernández Cantú alias “El Credo”, “tenía cama king size, una pantalla de televisión de 50 pulgadas y baño de lujo.

En el penal Topo Chico había celdas de lujo equipadas con minisplits (aire acondicionado), pantallas, frigobares, televisión digital y hasta acuarios y baños sauna.

También cientos de altares de la Santa Muerte, representada por una calavera con una hoz, que incluían estatuas de tamaño real, cuadros y ropa para esta figura fueron encontrados y también retirados.