Una joven madre pudo salvar su vida y la de su bebé. Contó a la prensa cómo se enteró del accidente: se encontraba en un taxi camino al aeropuerto para tomar el siguiente vuelo a Kuala Lumpur, cuando oyó en la radio que el avión en el que debía haber subido había sido derribado por un misil.

“Siento que la vida me ha dado una segunda oportunidad”, expresó la joven abrazada a su hijo. Dijo que su único objetivo en ese duro momento era reunirse con su familia lo antes posible.

Cuando Barry Sim se dio cuenta de que no viajaba en el mismo avión que su mujer, Nur Azani, y su bebé de tres meses, se quejó a su agencia de viajes. “Siempre intento viajar con Malaysia Airlines así que pedí a mi agente que metiera a mi familia en el mismo vuelo que yo”, explicó Sim.

“No queríamos viajar separados”, agregó. Sim aseguró que se sentía “aliviado” y “bendecido”, y mandó sus condolencias a las familias de las numerosas víctimas.

Maarten de Jonge, de 29 años, un ciclista profesional que corre en un equipo malasio, también escapó a la catástrofe. “En el último momento, elegí un vuelo que salía el domingo porque era 300 euros más barato. Sólo quedaba una plaza y la reservé de inmediato. Intentar ahorrar me ha salvado la vida”, aseguró.

Otra familia, que debía volver a Australia a través de Kuala Lumpur para un entierro, llegó demasiado tarde al aeropuerto para poder comprar billetes para el vuelo MH17. “Es un poco surrealista”, aseguraron a la cadena televisiva AT5.

Fuente: Infobae.com