Mike Adams, del portal Natural News, recopiló varios datos que “deberían despertar preguntas en la mente de cualquiera que siga la situación”.

1. Todos los aviones comerciales Boeing 777 tienen a bordo cajas negras que sobreviven a cualquier explosión. Son dispositivos (que en realidad no son ni cajas ni negras) que registran la actividad de instrumentos y las conversaciones en la cabina, y son diseñados específicamente para que ningún tipo de explosión a bordo los pueda destruir.

2. Las cajas negras transmiten una señal que permite localizarlas durante 30 días después de caer al océano. Por el momento ninguna caja negra ha sido encontrada. La ausencia de la señal “significa que el dispositivo desapareció, no funcionó o fue anulado por una fuerza que supera las peores pesadillas de los ingenieros de aviación”.

3. Muchas partes de los aviones son flotables y en caso de caída en el océano se pueden encontrar los restos flotando sobre el agua, como las sillas. En el caso del MH-370 no han aparecido, al menos todavía.

4. Si un misil destruyera el avión, ello se reflejaría en los radares. Entre las teorías que intentan explicar la desaparición, figura la que supone que un misil podría haber destruido el vehículo volador hasta convertirlo en polvo, que no es detectado por los radares. “El problema de esta teoría es que no existe ningún misil tierra-aire o aire-aire capaz de hacerlo”, señala la página.

5. El lugar de la desaparición del avión no es un misterio. Los controladores del tráfico aéreo disponen de información sobre dónde fue, con qué velocidad y a qué altitud iba. “Los investigadores de la seguridad aérea no son tontos”, destaca Adams. “Han visto explosiones en el aire, saben cómo caen los restos”, añade.

No obstante, el jefe de la Fuerza Aérea de Malasia indicó que, posiblemente, el avión se detectó por última vez a unos 320 kilómetros al noroeste de la isla de Penang, en Malasia. Es decir, fuera de la ruta establecida para llegar a su destino.

6. Si el avión hubiera sido secuestrado, no desaparecería de los radares. “Si los transpondedores fueran apagados a bordo de la aeronave, los radares en la superficie podrían localizarla usando los radares ‘pasivos’ (sistemas clásicos que emiten señales y monitorean su reflexión)”. “Así las cosas, la teoría de que el avión fue secuestrado no tiene sentido”, concluye Mike Adams.

¿Qué nos indican todos estos datos? “La conclusión más clara que hay es que, según lo que sabemos ahora, el vuelo 370 simplemente ha desaparecido de manera que todavía no entendemos”, sostiene Adams.

Fuente: Actualidad RT