Terminó el misterio. La compañía Malaysia Airlines indicó el pasado lunes que el vuelo que cubría la ruta Kuala Lumpur-Pekín con 239 personas a bordo y código MH370 se estrelló al sur del Océano Índico y todos sus ocupantes murieron.

La noticia dio la vuelta al mundo y ahora se realizan diversas estrategias para recuperar sus restos caídos en el fondo del mar. Pero. ¿cómo se busca un avión a miles de metros de profundad?

Encontrar esas cajas negras, sirviéndose de su sistema de localización, será el primer paso. Las cajas negras, que en realidad son de color naranja, registran la actividad de los instrumentos en la cabina de mando y las conversaciones en la cabina, por lo que son determinantes para saber qué ocurrió durante las últimas horas del vuelo MH370.

Pero su sistema de localización es muy limitado y a pesar de que los dispositivos emiten señales de posición desde el momento en el que entran en contacto con el agua, solo lo hacen durante 30 días y a un rango limitado. Las señales, de tipo ultrasonido, pueden ser detectadas con sistemas de localización sonora pero solo por equipos que se encuentren a una distancia máxima de unos 25 kilómetros, en caso de que el suelo marino no sea demasiado abrupto.

Así, lo más importante ahora es limitar el área de búsqueda e intentar encontrar un punto posible de impacto con el mar.

En el caso del MH370, el tiempo y las corrientes marinas juegan en contra de los equipos de investigación, ya que los restos se pueden esparcir varios kilómetros al día.

“Han pasado muchos días. Aunque se hayan encontrado piezas del avión, eso no significa que ese sea el lugar de impacto. Puede haber decenas de kilómetros de distancia”, asegura a El Confidencial Alexander Babanin, director del Centro de Ingeniería Oceánica de la Universidad de Swinburne (Australia).

Cuando las cajas negras dejen de emitir señales, en aproximadamente dos semanas, comenzará una segunda fase en la que serán necesarias tecnologías más avanzadas de búsqueda en fondos marinos.

La primera posibilidad es utilizar tecnología sonar, algo que ya se está planteando el gobierno malasio. Este aparato se sirve del sonido para detectar objetos en las profundidades marinas, dibujando una especie de mapa con las señales que son devueltas tras impactar con elementos submarinos.

Malasia ha confirmado que no muchos países tienen este tipo de equipo y que la armada del país asiático no es uno de ellos, por lo que han requerido asistencia internacional, especialmente del grupo de franceses liderados por Troadec.

En este caso, primero se utilizarían robots con tecnología sonar para inspeccionar la zona y luego se mandarían otros con cámaras 3D en cuanto se encuentren los primeros restos para inspeccionar el aparato y recuperar elementos.

Las condiciones meteorológicas serán determinantes en la operación de búsqueda. Aparte de los fuertes vientos de la zona, que pueden levantar olas de hasta seis metros, la época del año es poco propicia.

Los expertos esperan así una larga búsqueda que podría ser incluso eterna.