El señor Park luce incómodo en su silla. Es uno de los oficiales de más alto rango que ha desertado de Corea del Norte y se preparaba para contar la horrible verdad sobre el régimen al que sirvió fielmente durante décadas.

Este no es su nombre real. Quiere ocultar su identidad por miedo a las represalias contra sus amigos y familiares en Pyongyang, lo que no sorprende cuando escuchas lo que tiene que contar.

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Su primera afirmación es perturbadora. Afirma que el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, ordenó que envenenaran a su propia tía, una familiar consanguínea.

“El 5 o el 6 de mayo del año pasado Kim Jong-un ordenó que mataran a su tía, Kim Kyong Hui. Solo su unidad de guardaespaldas, la Unidad 974, lo sabía… ahora los altos mandos también saben que la envenenaron”, expresó.

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Park dice que Kim Jong-un quería callarla porque se quejó furiosamente durante varios meses de la ejecución de su esposo Jang Song Thaek, quien supuestamente era el segundo al mando, en diciembre de 2013.

La suerte que corrió Kim Kyong Hui ha sido tema de intensas especulaciones desde que desapareció de la escena pública en septiembre de 2013, unos meses antes de la muerte de su esposo.

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En varios reportes se insinúa que tuvo una apoplejía letal, un infarto, que se suicidó o que estaba en estado vegetativo tras someterse a cirugía para que le extirparan un tumor cerebral. En febrero, se dijo en el Parlamento que la agencia de inteligencia surcoreana creía que seguía con vida.

Kim Jong-un dijo públicamente que su tío era “basura”, afirmó que había estado trabajando en contra el gobierno y tratando de derrocar al régimen. Park dice que él trabajó cerca de Jang Song Thaek y que esas acusaciones eran sencillamente falsas.

Fuente: BBC Mundo