Durante años, Jackline Mwende, originaria de Kenia, soportó los golpes e insultos de su esposo Stephen Ngila, quien la acusaba de estéril. La vida de ambos cambió cuando en un ataque de furia, el hombre le cortó ambas manos.
Jackline Mwende contó a medios locales que su esposo llegó una noche del trabajo, la golpeó varias veces en la cabeza, luego cogió un machete y le cortó los brazos, abajo del codo. Cuando la creyó muerta, huyó de la escena. Era junio del 2016.
Una semana después, Jackline Mwende fue operada y los médicos le informaron que había perdido la audición de unos de sus oídos. A esa noticia se sumó el hecho que Stephen Ngila estaba libre y reclamaba su regreso al hogar compartido.
Ella pidió ayuda y los médicos lograron contactarla con una empresa de donaciones, así se separó de su atacante y viajó a Corea del Sur, donde le prepararon dos prótesis.
Tras varios meses de recuperación y pruebas, Jackline Mwende quedó embarazada y ahora tiene otra pareja.
Tras varios estudios y quejas de grupos que defienden los derechos de la mujer en Kenia, las autoridades arrestaron a su expareja. Ahora está a la espera de un juicio por intento de homicidio. A eso se suma que tras una prueba de fertilidad, los médicos descubrieron que el infértil era él.