Hay quienes anteponen a la familia de cualquier interés, un eventual cálculo o sueño, personas que no dudan y son capaces de entregarlo todo por ese ser que aman. Es el caso del futbolista argentino Alejandro “Lulo” Benítez, quien le .

No lo dudó. Cuando supo que donándole parte de su hígado decidió sin vacilar ser él quien le salvaría la vida al pequeño, a pesar que ello aceleraría definitivamente su alejamiento de las canchas de fútbol.

Benítez, a sus 30 años, es futbolista en actividad del histórico delantero y goleador del Club Central Larroque de la provincia de Entre Ríos, en Argentina. “Primero para mí estaba la salud de mi sobrino y no me importaba nada más que mi sobrino”, dijo a CNN.

El pequeño Milo sufría de una obstrucción biliar y luego de varios exámenes se determinó que necesitaba de un trasplante; sin embargo, su padre no era compatible y la madre, debido a una operación al corazón de muy joven, fue descartada. La mejor alternativa, como si se buscará a un delantero sin marca, fue el tío Lulo, quien sí era compatible.

la operación: un éxito

Ambos se vienen recuperando de la intervención quirúrgica. Milo regresa para los controles periódicos y para evitar el riesgo de contagiarse con cualquier enfermedad, por eso, junto a su madre, se ha mudado a un hospedaje al frente del Hospital Austral de Pilar, donde fue operado.

Lulo, en cambio, regresó a casa, a unos 270 kilómetros al norte de Buenos Aires. Como era de esperarse, fue recibido como héroe y su estado evoluciona favorablemente, cuidando la alimentación, con poca actividad física por el momento, hasta dentro de ocho semanas aproximadamente, cuando podrá tener actividad física más exigente, explica el médico Ariel Gonzáles.

“La verdad es que, después de la cirugía, yo lo vi a los cinco días de la operación. Recién voy a terapia intensiva, que pude levantarme de la cama e ir, ese encuentro fue lo más emocionante que me pasó en mi vida. Era otra persona. Verlo a él ahí en la incubadora y yo empezarle a cantarle las canciones que le cantaba y él sonriendo, la verdad que eso me emocionó mucho y me largué a llorar”.

el retiro y la mejor noticia

Si bien la operación no lo obliga al retiro, Lulo sabe que no podrá jugar más, sus 30 años pesan en el fútbol, sobre todo si se viene una larga recuperación y se estará en constante riesgo de que se golpee en la zona operada.

A la felicidad de salvarle la vida a su sobrino, ahora se le suma la noticia que su novia está embarazada y será papá a fin de año. Sin duda los dos mejores “goles” que anotó Alejandro “Lulo” Benítez en toda su vida.

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