Situado cerca de la ciudad de Shiroishi en las montañas de Miyagi, Japón, Zao Fox (Zao Kitsune Mura) es un paraíso para los amantes de los zorros.

Abierto desde 1990, el pueblo es un santuario para más de un centenar de estos animales de seis diferentes razas que deambulan libremente.

Después de pagar una pequeña cuota de admisión, los visitantes pueden realizar un tour por un zoológico en el que se pueden contemplar pequeños conejitos, cuadras de caballos, ponis y un área cerrada donde los zorros lesionados y los más jóvenes se mantienen encerrados por su propia seguridad.

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La atracción principal, sin embargo, es un área grande donde corretean, juegan, comen y duermen los zorros.

Muchos de ellos se acercan a los visitantes con curiosidad, en busca de alimento o de una caricia pero los visitantes deben ser conscientes de que estas adorables criaturas no son animales domésticos y en un momento dado pueden morder.

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