Este espejo tiene dos caras, aunque una de ellas no es un fiel reflejo de la realidad. Es una imagen transformada mediante un programa informático, pero que consigue un logro bastante importante, informó el diario ‘ABC’ de España.

Es una transformación sutil pero logra el resultado deseado, según el profesor de la Universidad de Tokio Michitaka Hirose. “Si los usuarios ven una cara feliz y se perciben a sí mismos sonriendo, hemos descubierto que esa cara feliz les hace tener un mejor estado de ánimo”, remarcó.

Los investigadores de la Universidad de Tokio concibieron este dispositivo que manipula las características de la gente para crear una “felicidad ilusoria”.

En realidad, el espejo tiene dos caras, una de las cuales es una imagen generada por ordenador mediante un programa de reconocimiento facial que identifica y manipula las características faciales.

Michitaka Hirose lo define como una herramienta de realidad virtual para controlar las emociones artificialmente. “Hasta ahora, realidad virtual trata solamente con las cosas físicas, para reproducir el mundo físico. Pero también hay un mundo mental, ¿no? Por lo tanto, si analizamos bien las emociones como la tristeza o la alegría, entonces podemos añadir una dimensión emocional a realidad virtual”, afirma el investigador.

El científico tiene previsto comenzar en breve una nueva fase de su investigación, y espera que “algún día esta tecnología puede utilizarse para el tratamiento de pacientes con depresiones”, en cuanto a su faceta terapéutica.