Un párroco, presuntamente con problemas depresivos, tomó una foto del Papa emérito Benedicto XVI y la quemó frente a los fieles que presenciaban la misa. Este hecho ocurrió en Italia.

Andrea Maggio, sacerdote del pequeño pueblo de Castelvittorio (Ventimiglia, en la frontera de Italia con Francia), gritó mientras quemaba la fotografía: “Un Papa no abandona a su rebaño”.

El alcalde del pueblo, Gianstefano Orengo, quien estuvo presente en la misa, comentó que fue “un gesto sorprendente” y lo atribuyó a problemas psicológicos delicados.

Este actuación provocó que muchos fieles protestaran; otros por su parte, salieron despavoridos del recinto religioso.

Fuente: EFE