. Maria Lebedeva era reconocida como la “estudiante más bella” de toda su clase. Después de un terrible accidente que le causó daño cerebral y ceguera, sus compañeros quedaron atónitos con su radical cambio. Mírala en .

Un ataque de rabia del que era su novio le cambió la vida para siempre. De 23 años, ella esperaba graduarse de abogada antes de sufrir un terrible accidente automovilístico. Su novio, “enojado”, se saltó una luz roja y estrelló su automóvil con otro vehículo en Novosibirsk, Rusia.

Andrey, su novio de cuatro años, se molestó fuertemente porque ella se retrasó media hora en llegar a casa. “Llegué tarde y cuando llegué estaba enojado. Cuando subí al auto, me estaba gritando”, señaló.

El devastador choque ocurrido en agosto de 2016 la dejó con daño cerebral, lesiones espinales y pélvicas. Maria fue la única herida, estuvo en un coma prolongado durante diez días. Andrey y un amigo que estaba en el momento se salvaron gracias a las bolsas de aire.

Al principio, su expareja la visitaba constantemente al hospital. Esto dejó de ocurrir cuando sus padres se vieron obligados a demandarlo por un gasto médico de 12,700 euros.

“Él no estaba allí para mí cuando necesitaba su apoyo”, dice ahora. “Él me dijo: ‘¿Crees que soy el único culpable de este accidente? Los dos somos culpables’”, añadió.

“Estaba tan enojada cuando escuché eso. Era como si él no se sintiera culpable en absoluto. No se arrepintió ni se disculpó, es repugnante recordar…”, añadió.

así cambió su vida

Para ella no sólo su apariencia ha cambiado, también su vida. Con su aumento de peso y sin su antiguo brillo, muchos “amigos” le dieron la espalda. “Ahora me doy cuenta de que no tenía muchos amigos, tenía muchos conocidos”, dijo.

“Sabes, me encantaba viajar, no quedarme en casa. Me gustaba bailar y correr. Me dolió mucho cuando desaparecí para todos”, expresó. En su graduación a la que fue con honores, dejó a todos perplejos con su aspecto.

También tiene problemas con la memoria, dice poder recordar apenas algo de un período de dos años. “2015 y 2016 se han ido por completo”, dijo María, conocida en su clase como Masha.

La pérdida de su vista es especialmente difícil: “Extraño mi independencia más. Me siento mal cuando camino con un palo”.

“Puedo escuchar cómo la gente me tiene lástima, especialmente ancianas. Me siento defectuosa. Puedo escuchar mejor que antes del accidente, y a veces realmente me molesta, las cosas que oigo”, aseveró.

Pero ella se niega a ser abrumada por su situación. Decidió que quiere convertirse en azafata y está trabajando para ello. Además, ha comenzado a cantar como terapia en un grupo de ciegos.

Sus ansias de destacar su cambio dramático es un intento por conseguir ayuda médica y recaudar dinero para gastos hospitalarios. Actualmente, está en tratamiento con células madre “experimentales”, pero es costoso.

Hasta ahora, muchos intentos de recuperar su vista y reducir su dolor han fallado. Su familia está buscando nuevos enfoques médicos para ayudarla a recuperarse.