La vocación educativa y el cariño que la profesora de español, Ann Maguire, profesaba hacia sus alumnos hicieron que permanecieran con ella hasta sus últimos minutos.

Después de que un alumno de 15 años la apuñalara con un cuchillo de cocina, instó a los niños a que abandonaran la clase para no presenciar la grotesca escena de ver a su maestra debatirse entre la vida y la muerte. “No dejéis que los niños me vean morir”, espetó, mientras la herida se ahondaba en su cuello.

A pesar de ser su día libre, Ann Maguire de 61 años acudió como una mañana más al instituto estatal católico Corpus Christi Catholic College de Leeds, al norte de Inglaterra, para ayudar a los chicos con sus exámenes, según le comentó a su marido antes de salir de casa.

Nada hacía presagiar que tan sólo horas después un alumno de 15 años con pocos amigos y que atravesaba por una profunda depresión acabaría arrebatándole la vida simplemente porque no le gustaba el español.

El alumno, del que no se ha revelado su identidad, se acercó con sigilo por la espalda de la maestra en medio de una lección y la apuñaló en el cuello en innumerables ocasiones con un cuchillo de cocina. Los estudiantes del curso 11 hicieron sonar la alarma y un profesor le practicó los primeros auxilios, pero Maguire murió antes de que la ambulancia llegara a la escuela.

El agresor, hijo de padres divorciados, vivía con su madre y la pareja de ésta con la que había tenido otro hijo. En el momento del trágico asesinato, ella se encontraba de vacaciones en Canarias y nada más conocer la noticia puso rumbo a casa. La Policía investiga ahora los motivos que llevaron al presunto asesino a arrebatarle la vida a su docente.

Varios alumnos de su clase le definieron como “un tipo raro y sin amigos”. Otros destacaron que tenía “pensamientos suicidas” desde que tomaba antidepresivos. Pese a sus buenas notas, al parecer, la asignatura de español se la había atragantado y hace apenas unos días había sido sancionado por la profesora Maguire.

Desde entonces buscaba una venganza. Pero quizá su pasión por los videojuegos violentos lo habría incitado a perpetrar un crimen. Al parecer, estaba especialmente interesado en el juego Dark Souls (almas oscuras), en el que el personaje principal, víctima de un maleficio, atraviesa un mundo de fantasía matando a todo aquel que se cruza en su camino.

Desde que se conoció la noticia, el entorno más cercano de Maguire se ha volcado en halagos y muestras de cariño hacia la profesora que tenía planeado jubilarse el próximo mes de septiembre. Pero además de su figura como docente, todos han ensalzado su carácter maternal.

Cuando su hermana murió a los 35 años de cáncer, Ann Maguire acogió y crió a sus dos hijos como si fueran suyos. Un amigo de la familia la describió como un ángel, haciéndose cargo de sus sobrinos cuando tenía que atender otros muchos compromisos. “Ann era verdaderamente una hermosa mujer, el tipo de persona que nunca se olvida”, señaló.

Fuente: ABC de España