Fiona Anderson tenía 23 años y se encontraba en un avanzado estado de gestación, en la espera de su cuarto hijo y cometió una verdadera locura, reseña el dailymail.co.uk.

La mujer de Inglaterra ahogó a sus tres hijos en una bañera, luego escribió en el cuerpo de cada uno de ellos con un marcador verde “te amo”, les dejó marcado de sus frentes un beso con lápiz labial y los puso en sus respectivas camas.

Una vez concluido el asesinato, Fiona fue a visitar a su expareja quién había iniciado una nueva relación después de la separación. A este le advirtió que no volvería a ver a sus hijos. Dos horas más tarde fue ella quien decidió quitarse la vida.

La atormentada mama saltó de un balcón previo a escribir en su panza “Eva”, el nombre que aparentemente iba a llevar la bebé que estaba esperando.

La señora identificada como Anderson dejo una nota escrita que decía que sus niños eran felices y no merecían sufrir, ella iba a ocuparse de mantenerlos a salvo ya que era su deber como madre.