El adolescente de 16 años que el 28 de abril asesinó a su profesora Ann Maguire en Leeds, Inglaterra, fue sentenciado a pasar un mínimo de 20 años de prisión, en la que, debido a la brutalidad de sus actos, podría pasar el resto de su vida.

William Cornick había admitido haber apuñalado, sin remordimiento, en el cuello y la espalda con un gran cuchillo de cocina a la mujer, de 61 años, durante una clase de español en el colegio católico Corpus Christi.

Tras apuñalar a Maguire, el joven se sentó en su asiento, contó a sus compañeros lo que había hecho y describió la descarga de adrenalina que sentía. Cuando dos profesores entraron en el salón, simplemente puso las manos en alto y se entregó a la policía.

La sentencia mínima para estos crímenes es de 12 años, pero el juez aumentó la condena debido a siete agravantes; entre ellos, el hecho de que fue premeditado, llevado a cabo en público frente a niños y testigos traumatizados, que Maguire sufrió mucho antes de morir y la “total y escalofriante falta de remordimiento” de Cornick.

“Tenía un sentimiento de orgullo. Aún lo tengo. Es matar o morir. No tenía elección. Era matarla o suicidarme”, dijo Cornick a un psiquiatra, el cual aseguró que el joven es altamente peligroso y que tiene aspectos psicopáticos en su personalidad, según informa ‘The Independent’.

Durante el juicio, la Fiscalía mostró mensajes de Facebook en los que se demuestra que el joven planeó el asesinato desde diciembre de 2013. Además, Cornick le había dicho a un amigo que también mataría a otras dos profesoras, entre ellas una embarazada, “para matar a su bebé no nacido”.

Cuando un experto le preguntó sobre el efecto que tendría en la familia de Maguire, el estudiante dejó claro qué opinaba de su crimen: *“No me importa una m******. Sé que la familia estará triste, pero no me importa. En mis ojos, todo lo que hice está bien”.

Fuente: Infobae.com