La escuela es un centro de alumnos inadaptados donde se acoge a menores expulsados de otros colegios.

La directora del plantel defendió su posición asegurando que esto evitará la ansiedad de los niños, quienes tras fumar vuelven a la clase con muchas más ganas.

A los menores, de 14 años de edad en su mayoría, se les deja salir durante 10 minutos para que puedan fumar. En cada cigarrillo cuentan, inclusive, con la supervisión de los docentes.

Los responsables del colegio dicen que esto les permite a sus alumnos marcar pautas tales como que “tienen que entregar sus cigarros al comienzo de la jornada y solo se les deja fumar en los descansos y fuera de las aulas”.

La polémica está dada y el conservador Stewart Jackson ha solicitado a las autoridades responsables que se preocupen del caso, ya que este centro “debe cumplir estrictamente las normas” que prohíben fumar en los centros educativos.

Fuente; abc.es