Los ojos del mundo se posaron sobre Indonesia hace dos años cuando el pequeño Aldi Rizal fue fotografiado en la aldea donde vive en Sumatra, mientras fumaba un cigarrillo y conducía su triciclo.

Durante su tratamiento de rehabilitación, visitó psiquiatras que instaron a su madre a mantener al pequeño ocupado con juegos y a enseñarle acerca de los peligros de fumar.

Entre ellos se encuentra el doctor Kak Seto, quien sigue viendo a Aldi y su familia, en intervalos regulares para garantizar que no vuelva a caer en los viejos hábitos.

Su madre Diane Rizal, de 28 años, declaró para el Daily Mail, que hay mucha gente que todavía le ofrece cigarrillos a Aldi, pero que él los rechaza diciendo “Yo amo a Kak Seto. Sería triste si empezara a fumar otra vez y me enferme yo mismo”.

Sin embargo, ahora la señora Rizal tiene un ‘enorme’ problema, tras dejar el cigarro, el niño comenzó a desarrollar un gran apetito que ahora parece inagotable.

La madre cuenta que el niño demanda alimentos de la misma manera que solía exigir cigarrillos, y la familia se esfuerza por no ceder a sus rabietas.

Con cinco años, ahora Aldi ayuda a sus padres a trabajar en su puesto de mercado, donde su personalidad y pequeña voluptuosidad llama la atención de los clientes.

Nutricionistas han confirmado que Aldi está muy gordo, su peso ideal debería ser 17 kg, y ahora ya ha alcanzado los 24 kg.

Entre los alimentos que más consume el niño todos los días figuran grandes cantidades de comida chatarra y tres latas de leche condensada.

Según fuentes oficiales se cree que un tercio de los niños en Indonesia intentan fumar antes de la edad de diez años, el Gobierno ha puesto en marcha los esfuerzos para abordar el problema que no solo ha afectado a Aldi Rizal.