Mientras se eleva el pedido de justicia, el fiscal general, Jesús Murillo Karam, debió minimizar las esperanzas de identificar los restos humanos que se cree que pertenecen a los alumnos de Ayotzinapa.

En diálogo con la cadena Televisa, el procurador aseguró que peritos especializados que pudieron ver los restos para saber si estaban en condiciones de hacerles pruebas “dijeron que había dos que tenían posibilidades, dos restos, solamente una rótula y otro” pedazo de hueso. Los restos encontrados en el estado de Guerrero estaban desintegrados.

El viernes, el propio Murillo comunicó al país que tres sicarios del cártel Guerreros Unidos declararon que los 43 estudiantes que desaparecieron el 26 de septiembre en Iguala fueron asesinados y sus cadáveres quemados en un fuego que duró 14 horas.

Los detenidos dijeron que, por orden de un superior, depositaron las cenizas y los restos en bolsas de plástico para basura y las arrojaron a un río. Sólo una de esas bolsas logró ser rescatada cerrada por los investigadores, que también hallaron algunos restos en el basurero de la localidad de Cocula, vecina a Iguala.

Los cuerpos fueron quemados con combustible y neumáticos a una temperatura de 1.600 grados. Los padres de los jóvenes no creen en esta versión y han recalcado al gobierno que sólo aceptarán que sus hijos están muertos cuando tengan pruebas científicas del grupo de peritos argentinos, en el que confían.

La desaparición de los estudiantes ha enfurecido a la sociedad mexicana con multitudinarias marchas que continuaron este lunes con una tensa manifestación frente al aeropuerto del turístico balneario de Acapulco, en Guerrero.

Fuente: Infobae.com