Un equipo internacional de científicos, en el que han participado astrónomos españoles, ha descubierto un nuevo agujero negro en la vecina galaxia de Andrómeda, a dos millones de años luz.

El objeto estelar no es muy grande, tan solo una masa diez veces la del Sol, nada comparado con los agujeros supermasivos que se encuentran en el centro de las galaxias, pero sorprendió a los investigadores cuando emitía una altísima luminosidad, algo inesperado con lo que corresponde a su masa, que se prolongó durante seis meses hasta desvanecerse.

Todo parece indicar que el pozo cósmico estaba dándose un auténtico atracón con el material de una estrella compañera. La investigación aparece publicada en la revista Nature.

Este agujero es la segunda fuente de rayos X ultraluminosa (ULX, por sus siglas en inglés), que se descubre en Andrómeda en los últimos dos años. Estas fuentes cósmicas de rayos X, encontradas por los telescopios en muchas galaxias, son tan intensas y brillantes que incluso pueden eclipsar a toda una galaxia.

Los astrónomos han pasado años debatiendo si esas fuentes pueden ser agujeros negros con una masa solo unas pocas veces mayor que la del Sol, que están absorbiendo con ansiedad el gas de una estrella en órbita, o se trata de agujeros más masivos que comen más tranquilamente lo que cae de su alrededor.

Fuente: ABC