• “Mi hijo me decía que se iba para ayudarme a curar mi enfermedad, pero yo le decía: no te vayas hijo”, relata su madre, Cipriana Juárez Díaz, en una entrevista con Ap. “Yo no quería que se fuera porque con él tenía yo consuelo”, agrega.

El cuerpo de Gilberto Francisco Ramos Juárez, de 15 años, ya en descomposición y sin camisa, fue encontrado un mes después de su partida. Según los medios, el chico, que conservó hasta el final el rosario que su madre le había dado y el número telefónico de su hermano en Chicago, probablemente murió por insolación.

Según un jefe de la policía del sur de Texas, el niño, que murió solo en el desierto a menos de kilómetro y medio de la casa más cercana, al parecer se perdió en su camino rumbo al norte. Su cuerpo, en el que la autopsia no encontró señales de traumatismos, será repatriado.

El niño guatemalteco se ha convertido ya en un símbolo de los peligros que afrontan los menores hispanos procedentes de Centroamérica y que cruzan solos la frontera de forma ilegal en busca de una vida mejor en EE.UU.

Fuente: Actualidad RT