El análisis de ADN corroboró lo que ya era evidente: La pequeña rubia de ojos claros no tiene ningún parentesco con Eleftheria Dimopoulou y Hristos Salis, los gitanos que se presentaban como sus progenitores.

La investigación policial descubrió además que María, que tiene entre 4 y 5 años, estaba siendo preparada para casarse a los 12 años con algún miembro de la comunidad. Por su exótica belleza, garantizaría una suculenta dote a sus captores.

Por eso, estaba siendo tratada como una inversión. Para que fuera una buena esposa, hasta le enseñaban las costumbres de la comunidad, como los bailes típicos.

Pero la Policía sospecha que Dimopoulou y Salis ya habían comenzado a explotar sus cualidades, haciéndola bailar por unas monedas y pedir limosna. Incluso cobraban beneficios sociales por tener a la menor como su hija.

La principal hipótesis sobre cómo llegó María a sus manos indica que se la compraron a una pareja búlgara por cerca de 1.400 dólares, cuando era un bebé.

Fuente: Infobae