En realidad, se trató de una estatua de bronce en tamaño real que se cree tiene 2.500 años y representa al dios griego Apolo. Él hombre describió el objeto de media tonelada como “un tesoro que sacamos del mar”.

“Pensé que estaba hecho de oro; iba a ser rico”, dijo Ghrb. “Así que me lo llevé a casa y lo escondí”, puntualizó.

Los funcionarios de gobierno prometen que el hallazgo no será vendido y que comenzará su restauración y exposición pública después de que terminen una investigación sobre su origen.