El grupo de operaciones especiales de la Marina de EE.UU. (SEALS), que acabó con la vida de Osama Bin Laden en mayo pasado, no tenía intención de detener al líder de Al Qaeda sino que su único objetivo era matarlo, según nuevos detalles de la operación publicados por la revista The New Yorker.

“*Nunca estuvo en cuestión si había que detenerlo o capturarlo *(a Bin Laden). No fue una decisión tomada en una fracción de segundo. Nadie quería detenidos”, afirmó un oficial de operaciones especiales a la revista, que publica esta semana un relato pormenorizado de la Operación Gerónimo que terminó con la muerte del líder de Al Qaeda.

La versión oficial de la administración estadounidense siempre ha sido que la operación llevada a cabo en Pakistán tenía como misión capturar a Bin Laden, pero en ese momento el terrorista ofreció resistencia y por eso se abrió fuego contra él, según dijo en varias ocasiones el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.

Bin Laden murió tras recibir dos disparos, uno en el pecho y el otro en la cabeza, de uno de los soldados de los SEALS que participó en el operativo, quien tras comprobar que el terrorista había sido abatido dijo por el sistema de radio “Gerónimo E.K.I.A”, acrónimo en inglés de “enemigo muerto en combate”.