Pernille Ironside, jefa de la oficina de UNICEF en Gaza, señaló que no hay electricidad y que no funcionan los sistemas de agua potable ni de saneamiento en el territorio palestino, por lo que el peligro de aparición de enfermedades transmisibles y de diarrea es inminente.

“Hay que tener en cuenta el tamaño de la franja de Gaza, son 45 kilómetros de largo por entre 6 y 14 de ancho…no hay una sola familia que no haya sido directamente afectada por alguna pérdida”, explicó Ironside.

“La destrucción es total. Han usado armamento horrible que provoca terribles amputaciones. Y esto ha pasado frente a los ojos de los niños, que han visto morir a sus amigos, a sus padres”, indicó la funcionaria internacional.

Es por ello que UNICEF calcula que unos 370.000 niños necesitarán ayuda psicológica para poder intentar sobreponerse de alguna manera al trauma vivido.

Fuente: EFE