Avezado músico (ganó premios como pianista en el conservatorio de Amiens) y lector de filosofía, la ubicuidad del presidente electo de , , en los medios de comunicación se amplió al “papel couché” por la peculiar historia de amor que le une a su esposa, Brigitte Trogneux, antigua profesora suya en el instituto y 24 años mayor que él.

“La vida política es muy violenta para el entorno. Los placeres narcisistas a menudo son solitarios, pero las dificultades las compartes”, reflexionó en un mitin reciente Emmanuel Macron, antes de proclamar que “cuando sea elegido, Brigitte Trogneux tendrá su lugar, no detrás ni escondida, sino a mi lado, donde siempre ha estado”.

una historia de amor

Brigitte Trogneux fue exprofesora de francés y teatro de Emmanuel Macron. Él, que tenía 15 años cuando la conoció, se enamoró perdidamente de su maestra, quien por aquel entonces, con 39 años, estaba casada y con tres hijos, dos de ellos mayores que Macron.

El nuevo Presidente de la República se apuntó a su taller de teatro, por lo que se pasaba las tardes de los viernes ensayando en casa de la maestra, algo habitual.

Cuando los padres del joven conocieron el amor de su Emmanuel Macron por su profesora, se opusieron a la relación. Decidieron llevarlo a París para que cursara el último año de secundaria en el Liceo.

En su despedida, Emmanuel Macron le dejó escrita una carta a su futura esposa en la que dejaba claras sus intenciones. “Hagan lo que hagan, me casaré contigo”, escribió refiriéndose a la intención de sus padres de alejarlo de Brigitte Trogneux.

el esperado reencuentro

Cada uno siguió su vida hasta que años más tarde se reencontraron. En 2006 Brigitte Trogneux se divorció de su marido y un año después se casó con Emmanuel Macron, tal y como este había vaticinado en su carta durante el instituto. Ambos dejaron Amiens y se instalaron en París.

“Fue la consagración oficial de un amor, primero clandestino, incomprendido por muchos antes de que nos impusiéramos a ellos”, comentó Emmanuel Macron, también ex ministro de Economía.

“Al final el amor lo arrasó todo y terminé divorciándome de mi marido. No pude evitarlo. Mis padres, ya mayores, no se lo tomaron muy bien, pero para mí no era un problema la diferencia de edad. Lo más importante eran mis hijos, que lo aceptaron sin problema”, resaltó, por su parte, Brigitte Trogneux.

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