Una fotografía de rayos X muestra el teléfono móvil que un prisionero se insertó en su recto, lo que revela lo desesperado que estaba por introducir el artefacto dentro de la prisión de Strangeways de Manchester, Reino Unido.
El criminal, identificado como Stephen Cavanagh (32), fue apresado por estar involucrado en un tiroteo y condenado a pasar 27 meses en prisión, informó el Dailymail.
Tuvo que ser examinado por el personal médico de HMP Manchester, ya que la fallida estrategia le dejó con serios dolores abdominales.
El teléfono fue finalmente removido y las autoridades decidieron aumentar la condena de Cavanagh unos seis meses más.
Los teléfonos móviles están prohibidos en el centro penitenciario. El personal de Strangeways ha estado trabajando con la policía de Manchester para acabar con el contrabando y procesar a los infractores.