Hace unas semanas, la holandesa Rilana Hamer compró una webcam en una tienda de descuento. La mujer pretendía vigilar con ella a su pequeño perrito, pero resultó que el dispositivo cobró vida propia, empezó a moverse por si solo y a vigilarla a ella misma, contó la intrigada mujer a través de su cuenta de .

La mujer contó la singular experiencia en su perfil personal de tras lo ocurrido: la webcam se conecta al Wi-Fi desde un teléfono móvil usando una contraseña y posteriormente al enchufe de alimentación. La holandesa la dejó instalada para que vigilara su domicilio cuando se llevó una gran sorpresa.

“Pensé que me estaba volviendo loca”, contó en el post de . “De repente oí sonidos en la sala de estar. Entré allí y vi que mi cámara se movía”, añadió. Al principio la mujer no hizo caso al comportamiento inusual de la webcam, pero decidió volver a mirarlo después de que el ruido continuara.

Cuando la mujer entró en su casa, la cámara se le dirigió a ella directamente, susurrándole en una siniestra voz: “Bonjour madame [Buenos días, señora]”. “Hola, ¿hay alguien allí?”, preguntó la mujer mirando a izquierda y derecha. Y la cámara continuó sus movimientos. “Bonjour madame, tout bien avec vous? [Buenos días, señora, ¿todo bien con usted?]”, volvió a susurrar el dispositivo en francés.

Asustada, Hamer desenchufó la webcam. “Estaba muerta de miedo”, escribió en su publicación en . “Estoy siendo observada, pero, ¿durante cuánto tiempo? ¿Qué ha visto de mí?”, se preguntó. La mujer decidió volver a conectar la cámara grabando su conducta con su móvil. “Hola señorita”, escuchó la mujer esa vez.

La cámara fue devuelta en la tienda, cuyos profesionales están ahora investigando el caso. “La pregunta es si el problema es con la cámara o con en el uso incorrecto de contraseñas y la conexión Wi-Fi”, comentó una representante de la marca de la webcam, que aseguró que es la primera vez que se reporta un caso así.

TAGS RELACIONADOS