El hospital de la Universidad Aarhus, en , ha roto esquemas y normas y ha cautivado a miles de personas en . Sus doctores y enfermeras violaron todas las políticas para conceder el último deseo de un paciente terminal.

Las enfermeras que trataban a llevaron su cama hasta un balcón del hospital y le pasaron un cigarrillo y una copa de vino para que disfrutara del atardecer. Esas sencillas cosas era las que pedía el paciente de 75 años padecía una hemorragia interna producto de una arteria rota.

“El último deseo de mi padre era que le permitieran disfrutar su vino y algunos cigarrillos (…) Estaba molesto porque no lo dejaban fumar dentro del hospital. Él realmente quería un último cigarrillo”, relató su hija Mette Gold Bech Demuch, al medio local BT.

Por su parte, Rikke Kvist, una de las enfermeras que llevó al paciente hasta el balcón, señaló que todo ocurrió en un ambiente acogedor y relajado. “Por supuesto los parientes estaban afectados por el hecho de que iba a morir y estaban tristes. Pero fue acogedor e incluso hubo un poco de humor”, describió Kvist.

El momento fue inmortalizado en una fotografía que el hospital publicó en su página de Facebook y que pronto se hizo viral. Junto a la imagen, se lee el siguiente mensaje: “Una muerte digna en el hospital. Hoy Carsten Flemming se durmió tranquilamente en el hospital. Su mayor deseo era un cigarrillo y un vaso de vino blanco. No está permitido fumar en el hospital, pero las enfermeras y la familia estuvieron de acuerdo en que su deseo era más importante que su tratamiento”.