Entre 1936 y 1945, el fotógrafo alemán Hugo Jaeger pudo fotografiar a Adolfo Hitler en sus actividades públicas y privadas. Parte de su trabajo es publicado por primera vez por la revista Life en su sitio web.

Cómo llegaron esas fotos a sus archivos lo cuenta Life en Adolf Hitler, Up Close. En 1945, cuando los Aliados entraron en Munich, Jaeger se topó con seis soldados estadounidenses, quienes registraron la vivienda, ubicada en un pequeño pueblo al oeste de la ciudad, y encontraron una maleta de piel en la que el fotógrafo guardaba miles de tranparencias en color.

Jaeger estaba seguro que iba a ser arrestado si los soldados descubrían los negativos y su vínculo con Hitler. Pero nunca imagino lo que sucedería después. Al abrir la maleta, los soldados encontraron una botella de coñac que él había puesto encima de las transparencias. Enseguida, los soldados compartieron con Jaeger y el dueño de la casa la botella, y se olvidaron de la maleta.

Una vez que los soldados se marcharon, Jaeger colocó en frascos de vidrio las transparencias y las enterró en las afueras del poblado. Después de la guerra, el fotógrafo volvió varias veces para revisar “su tesoro” y volverlo a enterrar.

Diez años después, en 1955, desenterró las dos mil tranparencias, todas en buen estado. Las llevó a una bóveda bancaria y en 1965 se las vendió a Life. Hasta ahora, apenas unas pocas de las fotos tomadas por Hugo Jaeger han sido publicadas.

El fotógrafo de Hitler fue uno de los pocos fotógrafos que usaba color. A Hitler le gustaban las fotos a color. “The future belongs to color photography”, le dijo alguna vez a Jaeger.

Fuente: Contexto de Argentina