Poco antes del referendo que determinaría si el presidente Evo Morales podría optar para una nueva reelección —que se celebró el 21 de febrero y le fue adverso al mandatario— estalló un escándalo que tuvo como .

Se acusó a Morales de tráfico de influencias porque Zapata, luego del romance, fue gerente en Bolivia de una empresa china que firmó millonarios contratos con el Estado. Del escándalo un detalle llamó la atención cuando Morales confirmó que sí existió una relación sentimental en 2007: .

Por este caso la investigan sobre los supuestos delitos de “legitimación de ganancias ilícitas, enriquecimiento de particulares con afectación al Estado y uso indebido de influencias en grado de complicidad”.

Cuando ocurrió esto, una tía de Gabriela Zapata declaró a los medios de comunicación lo impensable: que el hijo que tuvieron Evo con Zapata no había muerto. “Sí, está vivo, yo lo he tenido en mis brazos”, dijo Pilar Guzmán.

Con estas declaraciones, la inicial denuncia periodística tomó ribetes de telenovela rosa, porque todos querían saber de ese hijo de Evo Morales que él mismo creyó muerto.

“Quiero pedir a los familiares, a la supuesta tía, que me presente, que me traiga (al niño), quiero verlo. Si su familia me permite quiero recoger al niño”, dijo el presidente boliviano, quien aseguró que creyó en la palabra de Zapata cuando le aseguró que el menor perdió la vida.

“Si está con vida, primero es una alegría para mí. Es como una bendición finalmente que esté con vida. Aunque me pregunto por qué desde el 2007 me ocultaron, por qué razones me alejaron, qué intereses hay detrás de este alejamiento”, expresó.

La confesión de Evo:

Las dudas de Evo

La duda en sus palabras era evidente. Exigía pruebas y Zapata asumió como suya las declaraciones de su tía. El presidente presentó una demanda contra Zapata para que presente al menor y . Sin embargo, los ministros de Estado estaban convencidos que todo se trataba de un engaño porque no existía una sola prueba que confirmara esa versión.

“Se dispone que se practique la prueba del examen de ADN entre el niño (…) con el ciudadano demandante, Evo Morales Ayma, la misma que deberá realizarse en dependencias del IDIF”, rezaba el comunicado de la justicia boliviana.

El caso tomó un giro de 360 grados con la presencia del supuesto hijo y sus declaraciones que han puesto al descubierto, al parecer, un intento de desprestigiar al presidente.

El Fiscal General Ramiro Guerrero sostuvo que la investigación estableció que los abogados de Zapata ofrecieron a los papás del menor entre 5.000 y 15.000 dólares, además de pagar toda su educación hasta el bachillerato y darles un terreno a cambio de que se lo use en la suplantación.

“Lamentablemente los papás del niño se prestaron a esta situación y su mamá era quien le enseñaba y le indicaba lo que debía decir sobre quién era su padre y su madre y quién era la supuesta hermanita. Todo fue una asociación delictuosa”, sostuvo Guerrero.

El padre del menor es hijo de Pilar Guzmán, una tía de Zapata, que inicialmente ayudó a defender la versión de la existencia del supuesto hijo del presidente Morales, pero luego se desdijo y está detenida desde mediados de mayo pasado. Los padres del niño también fueron detenidos, así como otros familiares implicados en la suplantación. Toso serán imputados por los delitos de trata de personas, asociación delictiva y obstrucción de la Justicia.

La detención de Zapata:

El epílogo y una excusa

Gabriela Zapata, también recluida desde febrero acusada de delitos económicos, aceptó esta semana declarar por primera vez ante los fiscales y se retractó de su afirmación inicial de que el hijo que tuvo con el mandatario en 2007 estaba con vida.

Morales achacó al escándalo la derrota que sufrió en el referendo y sus seguidores plantean que la consulta se repita ya que, según argumentan, la población votó engañada por las mentiras de Zapata.

El abogado Eduardo León, que era uno de los principales defensores de Zapata, ahora ha cambiado de opinión, la ha calificado de “psicópata” y ha sostenido que ella necesita una valoración psiquiátrica porque un 90 % de lo que afirmaba resultó mentira. (Con información de EFE)