Un reciente estudio realizado por la Universidad de Kansas, en Estados Unidos, reveló que los ateos tienen mejor vida sexual que la gente religiosa.

“Los no creyentes son más propensos a discutir sus fantasías sexuales y sus experiencias son más satisfactorias”, señala la investigación.

El informe también indica que los seguidores de la religión no disfrutan de las experiencias sexuales debido al estigma dominante en su sistema de creencias que los deja con un sentimiento de culpa después de alcanzar el clímax.