El dirigente de la Unión Nacional del Kurdistán iraquí, Hukar Yaf, dijo a Efe que los ciudadanos fueron asesinados de un disparo en la cabeza en la localidad de Tel Afar, 65 kilómetros al oeste de Mosul, la segunda ciudad de Irak y en poder del Estado Islámico desde el pasado junio.

Según Yaf, los yihadistas han empezado a ejecutar extrajudicialmente a las personas que mantienen capturadas, debido a que se han convertido en una carga para ellos, como causa de los bombardeos de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos contra sus posiciones.

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El gobernador de Nínive, Ezel Nuyaifi, condenó lo sucedido y aseguró que esto demuestra, una vez más, que “Daesh (acrónimo árabe del Estado Islámico) no tiene normas ni respeta las leyes establecidas por Alá para el trato de los prisioneros”.

Según Nuyaifi, el EI ha matado a cientos de yazidíes sin sentir ningún remordimiento, lo que muestra una “imagen negra” de los musulmanes, a pesar de que los sabios del islam han denunciado esos crímenes y han insistido en que nada tienen que ver con la religión.

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El grupo Estado Islámico mantiene retenidos a cientos de ciudadanos de confesión chií y de la minoría yazidí desde junio del año pasado cuando se hizo con el dominio de la zona de Tel Afar y, un mes después, con la región de Sinyar, donde habitan un gran número de yazidíes.

Los yazidíes, de etnia kurda y cuya religión se basa en el zoroastrismo, son uno de los blancos del EI, que los considera infieles. Más de 500 mil yazidíes y miembros de otras religiones minoritarias han huido del norte de Irak desde junio pasado, cuando el EI se hizo fuerte en esa zona, y varios cientos han sido asesinados, según datos de la ONU.

Fuente: EFE