Esta elefante ha pasado la mayor parte de su vida entre un circo y un zoológico de Nueva Zelanda, sin contacto con otros miembros de su especie, pero el año pasado fue trasladada al zoológico de San Diego, donde todo cambió.

Tras estar en cuarentena durante las Navidades, para tener tiempo para adaptarse a su nuevo entorno, a principios de febrero tuvo la oportunidad conocer a sus nuevos compañeros y establecer contacto con otro elefante por primera vez en 37 años.

Mila se ha adaptado a la convivencia ha establecido una gran amistad con otra hembra llamada Mary.

Solo una verja les separa, pero nada impide que muestren su cariño enredándose las trompas.

Fuente: 24horas.cl