La decisión se produjo después de que se conociera en diciembre la captura del piloto jordano Muaz Kasasbeh, cuya muerte fue anunciada por los yihadistas el último martes.

La información fue dada a conocer por el diario “The New York Times”, que cita a dos funcionarios estadounidenses que pidieron el anonimato y quienes aseguraron que los EAU habían justificado su decisión por el miedo a la seguridad de sus pilotos si eran retenidos por Estado Islámico tras un accidente.

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Aunque dejaron de participar activamente en los bombardeos, los EAU continuaron con su apoyo en actividades logísticas sin involucrarse directamente en el combate.

Las fuerzas aéreas emiratíes eran uno de los aliados árabes clave de EE.UU. en su campaña de bombardeos, iniciada en septiembre pasado, sobre posiciones de los yihadistas en Siria, junto a Bahrein, Jordania y Arabia Saudí.

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Precisamente, este martes se conoció que Kasasbeh, mediante un vídeo difundido por el EI, había sido quemado vivo a comienzos de enero. Como consecuencia, el rey Abdalá II, que se encontraba de viaje en EE.UU., regresó de inmediato a Jordania y prometió represalias.

Las autoridades jordanas ejecutaron a la terrorista iraquí sentenciada a muerte Sayida Al-Rishawi, con la que el EI había propuesto un intercambio de prisioneros con Kasasbeh.

Fuente: EFE