Eli es uno de los 37 casos que existen en el mundo de bebés que nacieron sin nariz. Su padre, Troy Thompson se esperanzaba antes de que naciera: “Espero que no nazca con mi nariz”.

El deseo de que Eli naciera en buenas condiciones era mayor a la desgracia que deberá afrontar a partir de ahora que tiene la enfermedads conocida como arhinia congénita completa y es tan rara que se da en uno cada 197 millones de nacimientos.

Brandi McGlathery contó que cuando el médico sacó del vientre al bebé y lo colocó en su pecho, ésta se sorprendió. No sabía nada sobre la rara enfermedad. “Lo aparté y dije: ‘¡Algo está mal!’; y el doctor me respondió: ‘No, él está perfectamente bien’. Entonces le grité: ‘¡No tiene nariz!’”.

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El embarazo de Brandi no tuvo nada de anormal, salvo que perdió bastante peso en un momento determinado y comenzó con un medicamento prescripto para suplir alimentos que su cuerpo no soportaba. Incluso en las ecografías los padres comentaban acerca de la linda nariz que tendría su hijo.

Ella se ha puesto en contacto con madres que pasaron por lo mismo. En Irlanda está el caso de Tessa, cuya madre, Gráinne Evans tiene un blog en el cual habla de sus vivencias.

Otro de los casos con los que hizo contacto es el de una joven de 23 años de Louisiana y otra adolescente de 16 años de Carolina del Norte. Brandi y Troy, pero sobre todo Eli, saben que no están solos en esta lucha que recién comienza.