Bradley Manning se enfrenta a 136 años tras las rejas, después de haber sido condenado por 20 acusaciones en el mayor caso de filtración de documentos gubernamentales de Estados Unidos.

Dictar sentencia no es sólo determinar cuánto tiempo debe estar alguien en la cárcel. También tiene una función simbólica, teatral, como indica Franklin Zimring, profesor de leyes en la Universidad de California, quien ha escrito extensamente acerca de medidas de disuasión contra el crimen.

“Al sentenciar a Bernie Madoff (a 150 años por fraude), lo que el juez desea decirle es ’eres realmente una mala persona’. Y para este propósito, el número de años puede ser infinitamente elástico”, expresó.

La libertad condicional significa que la sentencia puede ser ajustada en una fecha posterior. Pero esta figura ha quedado eliminada para penas de cadena perpetua en muchas partes del país.

En su mayoría los procesos penales en EE.UU. son interpuestos por el Estado, de manera que puede haber enormes variaciones en las sentencias. Los jueces están limitados por su rango legal pero, dependiendo del crimen, su capacidad de sentenciar podría ser muy amplia o no tener una pena máxima en absoluto.

El fraude contra una persona puede involucrar múltiples crímenes como declaraciones falsas, fraude electrónico y robo, así que las sentencias consecutivas para cada acusación se pueden acumular rápidamente.

Lo mismo ocurre para crímenes cometidos con computadoras, como la pornografía infantil, porque cada imagen puede contar como un cargo por separado. Es más probable que los delitos menores resulten en acumulación de penas.

Para víctimas de crímenes y sus seres queridos no hay nada problemático en una sentencia muy prolongada. Por cierto, una sentencia que aumenta con cada declaración de culpabilidad es una manera de darle su importancia a cada víctima.

Algunas sentencias largas son una alternativa a la pena de muerte. Dudley Wayne Kyzer está pagando dos cadenas perpetuas más 10 mil años por un asesinato triple que cometió en la década de 1970. Después de pasar cuatro años en el corredor de la muerte, fue sometido a un segundo juicio porque la pena de muerte fue declarada inconstitutional en Alabama.

Charles Manson, autor intelectual de varios sonados asesinatos, incluido el de la actriz Sharon Tate, la esposa del cineasta Roman Polanski, en 1969, fue sentenciado a pena de muerte, pero le fue conmutada a cadena perpetua.

Mark David Chapman, el asesino de John Lennon, fue sentenciado a cadena perpetua en 1981. A petición de la viuda de John Lennon, Yoko Ono, se le ha negado la libertad condicional siete veces.

Fuente: BBC Mundo