“Gracias a todos por orar por mí, a mi familia, a los miembros de mi iglesia, al personal médico, a todos”, dijo el médico estadounidense contagiado con ébola, Kent Brantly, quien logró superar la enfermedad y fue dado de alta.

“He vivido de milagro”, refirió en sus primeras declaraciones a la prensa mundial.

Brantly, que contrajo la enfermedad cuando cooperaba en una misión en Liberia, pidió orar por los pacientes que no logran recuperarse. “No dejen de orar por las personas que están en Liberia y en África”.

De esta forma se recupera uno de los dos ciudadanos estadounidenses que contrajeron el virus.

La otra paciente, identificada como Nancy Writebol, de 59 años, que también fue trasladada de urgencia desde Liberia a Atlanta tras confirmarse su contagio, aún sigue en tratamiento.