“¿Te molesta si la toco?”, fue lo primero que le dijo Rebekah Aversano a Richard Norris, paciente beneficiado con el rostro de su hermano Joshua Aversano, quien murió en 2012 en un accidente de tránsito.

Cuando Joshua falleció la familia Aversano decidió donar sus órganos a la ciencia, para permitir que algún paciente necesitado pueda tener la esperanza de vivir. ESe paciente fue Richard Norris, un hombre de 39 años que había quedado con el rostro desfigurado tras recibir un disparo en la cara en 1997.

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Después de aquel incidente, Norris se sometió a diversas cirugías, pero nadie pudo devolverle una cara bien formada, hasta que encontró la piel de Joshua.

Ese mismo año, el hombre fue sometido a un trasplante total de rostro. La operación duró 36 horas y demandó el trabajo de 150 médicos. Su transformación dio la vuelta al mundo por ser el trasplante más complejo.

El programa 60 Minutos Australia promovió un encuentro entre Norris y la familia Aversano, el cual será transmitido este domingo 31 de mayo.