Victoria Wilcher, una niña de tres años, fue expulsada por los empleados de un restaurante KFC porque sus cicatrices “molestaban” a los demás comensales.

En abril, Wilcher perdió un ojo y quedó con la mitad del rostro paralizado después de ser atacada por tres pit bulls cuando jugaba afuera de casa de su abuelo.

La empresa de comida rápida se disculpó después de que el mal trato que recibió la niña se hizo público.

Además, KFC entregó 30 mil dólares a su familia para ayudar a cubrir las operaciones que esta requiera.

Por otro lado, al oír la noticia, un grupo de personas comenzaron una campaña de recaudación de fondos en línea, donde se han reunido alrededor de 115 mil dólares para ayudar a la familia Wilcher.

La niña Wilcher perdió su ojo derecho luego de ser mordida por tres perros pit bulls en abril pasado, y sufrió diversas heridas en el rostro.

La semana pasada, la familia fue a un restaurante KFC en Jackson donde fue obligada a retirarse porque su apariencia no gustaba a otros comensales

Fuente: Publimetro México