Los astrónomos creen que en el centro de la mayoría de las galaxias, si no de todas, se esconde un agujero negro millones o miles de millones de veces más masivo que nuestro Sol, una región de espacio que es tan densa que ninguna partícula, ni siquiera la luz, es capaz de escapar de su inmenso poder gravitatorio.

Aunque desempeñan un papel importante en la evolución de las galaxias, su auténtica naturaleza sigue siendo un misterio para los científicos, ya que nadie ha podido observar uno directamente. Ahora, un equipo de la Universidad de Michigan ha medido de forma directa por primera vez el giro de un agujero negro supermasivo distante y han descubierto que es tan rápido que se mueve a la mitad de la velocidad de la luz. Los hallazgos aparecen publicados en la revista Nature.

La medición del giro de los de agujeros negros distantes puede ayudar a los investigadores a determinar si crecen a través de grandes fusiones o pequeños episodios.

Si crecen principalmente de las fusiones de galaxias, deben alimentarse de un suministro constante de nuevo material de una sola dirección en sus discos. Eso llevaría a un giro rápido. Si crecen a través de muchos pequeños episodios, como nubes de gas interestelar o estrellas errantes que pasen muy cerca y caigan, se espera que acumulen el material de direcciones aleatorias. Esto haría que el giro del agujero negro marchara más lentamente.

Para los investigadores, el descubrimiento de que el agujero negro RX J1131 gira a casi la mitad de la velocidad de la luz sugiere que ha crecido a través de fusiones.

Fuente: ABC