Nikita Levy, el médico cuestionado, fue despedido en 2013 luego de la denuncia de un trabajador del mismo centro de salud que sospechaba que el ginecólogo grababa a las mujeres que se acercaban con alguna consulta con una cámara oculta colocada en una lapicera.

Días después de haber sido echado por las autoridades, Levy se quitó la vida y nunca pudo ser acusado formalmente del hecho. En su poder fueron encontrados alrededor de 1.200 videos y 140 imágenes almacenadas en su ordenador hogareño.

El escándalo no podía taparse y comenzaron a llover demandas contra el centro médico Johns Hopkins. Las 8.500 pacientes presentaron cargos contra el centro médico, que ahora deberá compensar a las demandantes con 190 millones de dólares.

Levy era un médico graduado de la Facultad de Medicina de la Universidad Cornell, y trabajaba en el hospital Johns Hopkins desde 1988. Cuando decidió suicidarse tenía 54 años de edad.

Levy estaba casado y la vergüenza por el desagradable delito que cometió fue demasiado para él. El 18 de febrero de 2013 decidió suicidarse colocándose una bolsa de plástico en la cabeza. Minutos antes, había escrito una carta a su esposa pidiéndole disculpas.

Fuente: Infobae.com