El tabloide neoyorquino fundado en 1801 es uno de los más antiguos de Estados Unidos. Especialmente desde que fue comprado por el magnate australiano Rupert Murdoch, en 1976, es conocido por su estilo sensacionalista.

Pero el pasado domingo 5 de enero cruzó los límites que se le pueden permitir al amarillismo. El cadáver de Menachem Stark, padre de ocho niños y conocido empresario de bienes raíces, había sido hallado el sábado en un basurero municipal.

La noche anterior, una cámara de seguridad captó el momento en el que dos hombres lo introducían por la fuerza en una camioneta. Al parecer, Stark tenía muchos enemigos por sus agresivas estrategias comerciales.

Amparándose en ello, el New York Post abrió su portada del domingo con la pregunta: “¿Quién no lo quería muerto?”.

“Sería bueno que se disculparan, pero fue muy desagradable lo que hicieron, y el daño ya está hecho”, afirmó el cuñado de la víctima en declaraciones a un periódico judío.

Ante la ola de indignación que se esparció por las redes sociales, el Post se vio obligado a emitir un comunicado, en el que ni siquiera atinó a disculparse.

“El Post no dice que el señor Stark merecía morir, pero nuestra investigación mostró que tenía muchos enemigos, lo que puede haber derivado en la comisión de este terrible crimen. Nuestros pensamientos y oraciones están con la familia en este momento de pérdida”, sostuvo el periódico.

Fuente: Infobae.com