En Estados Unidos , la pareja de esposos Randall Vaughn y Mary, de 42 y 59 años respectivamente, se declararon culpables del crimen de su hija de cinco años de edad, a quien le obligaron a tomar grandes cantidades de refresco de uva y agua.

Lo hicieron a modo de castigo. Estos dos irresponsables padres no soportaron que la menor bebiera un refresco destinado para ellos y, a modo de castigo, obligaron a la niña a beber casi dos litros del refresco y agua durante más de dos horas en el 2012.

El consumo de gran cantidad de líquido causó una inflamación en el cerebro de la niña, que murió dos días después en el hospital.

Ahora dicha pareja ha sido condenada a 35 años de prisión por asesinato en segundo grado y negligencia infantil con agravantes por un tribunal de Tennessee.

Fuente: Actualidad RT.